COSMOPOLIS
COSMOPOLIS
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Dirección: David Cronenberg
Intérpretes: Robert
Pattinson, Paul Giamatti, Juliete Binoche, Mathieu Almaric, Sarah Gordon, Kevin
Durand.
Sinopsis: En medio de una revuelta social
en Nueva York, un joven multimillonario
(Pattinson) decide ir hasta la otra punta de la ciudad para que un barbero
concreto le haga un corte de pelo. Durante su camino, el magnate se refugiara
en su moderna y excéntrica limusina e irá recibiendo en ella a todo tipo de
personas, desde médicos hasta prostitutas, desde expertos y jóvenes economistas
hasta intelectuales amigas vaticinadoras de la debacle económica.
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“La rata se convertirá en moneda de cambio”
con esta cita del autor Zbigniew Herbert, Don de Lillo comenzaba su novela
“Cosmopois”, así mismo Cronenberg comienza su adaptación a la novela, una
adaptación que dados los tiempos que corren no podía estar mejor elegida. Para
esta tarea, ha contado con la joven estrella Robert Pattinson, el famoso
vampiro de la saga “Crepúsculo” que una vez que ha acabado la misma se ha
lanzado a una inmensidad de proyectos que puedan convertirle en algo más que un
icono adolescente. De ese modo, el cineasta se lanzaba a adaptar una novela que
cuenta con un porcentaje altísimo de dialogo neto, y en eso se ha convertido básicamente
su película, en un dialogo.
Cronenberg
aborda los diálogos de la novela con un simple plano contra plano en todas las
ocasiones (que no son pocas) y nos propone un discurso excesivamente complejo y
difícil de seguir. Nos encontramos ante un mal uso del ritmo cinematográfico. Si
bien en la novela de De Lillo ya hay ocasiones en las que puedes estar leyendo
una página y ya llegando al final te das cuenta que la densidad de información
y reflexiones te ha dejado en blanco y no te has enterado de nada, la película
no hace sino acrecentar este fenómeno. Dada la imposibilidad de pedir al
proyeccionista que pare la cinta y rebobine para poder repetir ese diálogo del
que no te has enterado de nada, la película no consigue transmitir todos los
mensajes que propone a novela y se antoja como demasiado compleja.
Las
interpretaciones son dispares, mientras los actores veteranos (Giamatti,
Binoche y Amaric) realizan actuaciones convincentes (destacando la de Giamatti)
los actores jóvenes (Sarah Gordon y Kevin Durand) no dan la talla y no muestran
bien ese carácter propio de las películas de Cronenberg. Además, dada la
importante acotación de espacio que presenta la película (la mayoría de ella
tiene lugar en una limusina) el espacio que el reparto tiene para desarrollar
sus habilidades interpretativas está restringida. Sin embargo, y esto es un
dato positivo, la película nos deja algo claro, y es que Pattinson (A
diferencia de su compañera de reparto en la saga crepúsculo: Kristen Stewart)
es algo más que un icono adolescente y que en el futuro nos brindará
interpretaciones interesantes. Siempre y cuando sepa meterse en proyectos
interesantes.
De este modo,
Cronenberg se aleja de el estilo que marco sus películas en la última década
(“Una historia de violencia”, “Promesas del este” y “Un método peligroso”)
siendo la primera mencionada claramente la mas transgresora, y vuelve su estilo propio de los 80’ y los 90’ en la
que la cinta se muestra plagada de elementos inconexos, extravagantes y muy
comúnmente profundamente desagradables. Es una vuelta al estilo más
incomprendido del director canadiense propio de sus más icónicos films
(“Videodrome”, “Existenz”, "El almuerzo desnudo” o “La mosca” son ejemplo
de ello). El cambio no es del todo positivo y se echa de menos el estilo de la
última década en el que para que una película de Cronenberg fuese aceptable no
hacía falta que una estrella adolescente se pegase un tiro en la mano sin razón
aparente.
Cronenberg
vuelve a las andadas, por desgracia.
Valoración: 5/10
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