Magnolia

"No dejes que nadie te diga que no tienes que arrepentirte de nada. No los dejes . ¡No! Te arrepientes de la mierda que te dé la gana. Úsalo. Úsalo. Usa ese remordimiento para lo que te dé la gana, de la forma que quieras. Lo puedes usar. Oh Dios mío, es un camino largo y sin meta, una pequeña historia final. Digo...amor, amor, amor. Esta jodida vida...Oh, es jodidamente difícil. Es tan larga. La vida no es corta, es larga. Es larga maldita sea."

miércoles, 28 de octubre de 2015

BLACK MASS
Dirección: Scott Cooper
Reparto: Johnny Deep, Joel Edgerton, Jesse Plemmons, Corey Stoll, Dakota Johnsson, Kevin Bacon, Benedict Cumberbatch, Peter Saasgard, Adam Scott, Jullianne Nicholson, Roy Corchanne, David Harbour, Juno Temple.

Lo bueno, y a la vez lo malo del cine de mafias, es que resulta el tipo de cine más accesible para que los jóvenes mancebos neófitos empiecen a dar los primeros pasos en el mundo del cine. Eso quiere decir, que un chaval puede meterse entre pecho y espalda las obras maestras de Coppola, Scorsese y De Palma, lo cual nunca está de más. Pero también quiere decir, que muchos de ellos se quedan en esa capa superficial, retwiteando frases de Brando y parodiando a Tony Montana y a su “Pequeña amiga”, sin llegar a profundizar en el meollo de la cuestión. Esto nos da como resultado a toda una generación de “cinéfilos” de poca sustancia, y esa creencia, al parecer aceptada mundialmente , de que “El Padrino” es la mejor película de la historia y demás soberanas tonterías, proferidas por pseudo-intelectualoides que no han visto ni una sola película en su vida en la cual no haya violencia, acción o un prota “badass” que narre la historia en primera persona. Que ya sabemos todos lo que nos gusta cuando tenemos 16 años.

Este hecho cataloga al género de mafias en un limbo de equilibrio inestable. Ya se ha hecho mucho cine de este tipo e innovar resulta una tarea ardua e imaginativa. Resulta difícil huir de esos diálogos barrio bajeros con doble sentido, de esa jerga y de esos personajes hostiles con poca paciencia. Si bien es verdad que los últimos años nos han dejado una serie de películas de este género interesantes (“Mátalos Suavemente” de Andrew Dominik, “El Año más Violento” de J.C. Chandor, y “Promesas del Este” de David Cronemberg”) Cuando uno se planta en la sala de cine para ver “Black Mass” , tiene la amarga sensación de que no va a ver una de esas películas que tratan de innovar, sino más bien una de esas que incurren en todo los tópicos del manual e incluso de sienten orgullosas de ello.

Tras dos trabajos impecables, esa íntima y torturada “Crazy Heart”, esa soberbia, intensa y apoteósica “Out of the Furnace” (Todavía me hayo indignado dado dicha película no se estrenó en España), Scott Cooper firma con diferencia su peor película, pegando un bajonazo que da vértigo. “Black Mass” intenta reunir todas las virtudes del cine de mafias. Esa manera dinámica, y constante de presentar las situaciones, saltando de una a otra con una elevada cadencia de planos manejando un reparto coral. Herencia directa del cine de Scorsese. Ese intento (Chapucero) de bucear en los problemas del mafioso, de sus motivaciones y sus miedos, herencia de Coppola. Y esos diálogos con doble fondo, de esos en los que te cuentan una cosa pero en realidad sabes que te están diciendo otra, muy propias del cine de los Coen. ¿El Resultado? Una película que no innova absolutamente en nada, una especie de refrito que ni sorprende ni entretiene,y que nos deja tras sus más de dos largas horas de metraje tan solo un par de escenas interesantes.

Y luego está Johnny Deep. Con todo ese maquillaje encima, afeado a posta, con una estampa tan cantosa que a uno le cuesta creer que no haya aceptado el papel para tener opciones de Oscar. Mientras determinados actores, como Joel Edgerton, Corey Stoll o Peter Saasgard realizan actuaciones convincentes. Los demás parecen sacados casi de una película de Tarantino. Todo marcado al principio por esa estética ochentera, como una “Gran Estafa Americana” 2.0., porque como ya sabemos, últimamente están de moda los 80. Ambientación ochentera y prota afeado, Cooper casi puede oler la estatuilla. ¿Funcionará la formula mágica?

Así que como conclusión, “Black Mass” es una película del montón. Un verdadero delito, tratándose de un director como Scott Cooper, que malgasta su tiempo con tontadas como estas. Un intento de acercamiento hacia el Oscar, que tal vez guste a aquellos fanáticos del cine de mafias. Pero que para aquellos que ya estén curtidos en el género y busquen algo más que repeticiones cansinas, dejará fríos y con la sensación de dejavú de haber visto todo eso antes. Y ya saben, el que llega primero se come la tarta.


Nota: 5/10

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