Magnolia

"No dejes que nadie te diga que no tienes que arrepentirte de nada. No los dejes . ¡No! Te arrepientes de la mierda que te dé la gana. Úsalo. Úsalo. Usa ese remordimiento para lo que te dé la gana, de la forma que quieras. Lo puedes usar. Oh Dios mío, es un camino largo y sin meta, una pequeña historia final. Digo...amor, amor, amor. Esta jodida vida...Oh, es jodidamente difícil. Es tan larga. La vida no es corta, es larga. Es larga maldita sea."

sábado, 24 de octubre de 2015

LA CUMBRE ESCARLATA
Dirección: Guillermo del Toro
Reparto: Mia Wasikowska, Jessica Chastain, Tom Hiddleston, Charlie Hunnan, Burn Gorman, Doug Jones, Jim Beaver, Leslie Hope, Bruce Gray.

El friki entre los frikis está de vuelta. Lo mismo da que sean extravagantes faunos, demonietes con malas pulgas, robots gigantes al estilo Mazinger Z o en este caso, misteriosas mansiones encantadas. Guillermo del Toro ha vuelto haciendo uso una vez más de toda su imaginería fantasiosa y pecando en todo lo que ha pecado en lo últimos años. En esta ocasión, lleva el extremo su estética “Neo- Timburtoniana” para ofrecernos un relato de misterio, fantasmas y una joven inexperta enfrentándose a lo esotérico.

Es de todos sabido que a Guille le puede el mundo de las hadas. Lo que hace que recargue sus películas hasta la extenuación de todo elemento ornamental o narrativo que evoque a ese gótico cuento infantil. De este modo uno se planta ante “El Laberinto del Fauno” y reconoce dos historias distintas: Una sobre la Guerra Civil Española, y otra la fumada máxima de Del Toro. Mezcladas eclécticamente con mayor o menor acierto, conformando una especia de amalgama de historias donde lo real y lo ficticio se entremezclan. Personalmente, nunca he aplaudido este tipo de mezclas que Del Toro acostumbra a realizar. Uno acaba teniendo la sensación de que ve dos películas distintas mezcladas en la sala de edición, obligadas a convivir juntas en un espacio cerrado de celuloide y pegadas con cola para que no se desmiembren por ambas partes. Como si del Toro se plantase ante un escaparate de posibilidades y la gula le pudiese, intentando meter en su carrito de la compra más juguetes de los que este puede llevar sin que rebose por los bordes.

Con “La Cumbre Escarlata” pasa exactamente lo mismo. Del Toro se empeña en que dos historias de muy diferente índole convivan en armonía, saturando el filme con tanta chorrada. De este modo en la película podemos vivir una historia de engaños, de dos hermanos amantes que deciden engañar a jóvenes ricachonas para mantener su hacienda, envenenándolas lentamente sin que se den cuenta. Una especie de mezcla chapucera entre el “Dracula” de Bram Stoker y “Encadenados” de Alfred Hitchcock. Y por otro lado, el muy canalla de Del Toro te planta una historia de fantasmitas que se aparecen cuando hay que avanzar en la trama o cuando hay que poner firme al espectador con un susto. Una especie de recurso del que se echa mano en mi opinión demasiadas veces a lo largo de la película y que acaba siendo cansino y tedioso. La película hubiese funcionado perfectamente sin los fantasmitas pululantes, pero se ve que al director mexicano los muertos se la ponen como un tanque apuntando a un campanario.

Así que en vez de intentar enrevesar un poco una trama predecible y simplona, Del Toro se dedica a mostrate largos pasillos lúgubremente iluminados con esqueletos y toda la vaina profiriendo lamentos y soltando: “Cuidaaaaado con al Cumbre Escarlataaaaa”a modo de mantra. Todo con una fotografía excelente y unos decorados que quitan el hipo, pero claro, por muy sabroso que esté el caramelo por fuera, el relleno falla y chirría, dando como resultado una trama lenta, aburrida y extremadamente predecible. Quizás porque la historia no tiene nada de nuevo o porque se dan demasiadas pistas a lo largo de la película, pero si tuviésemos que dar a “La Cumbre Escarlata” un adjetivo ese seria “Extremadamente aburrida”.

Y es que en el cine de terror o eres radical o no vales un pimiento. Me vienen a la cabeza otros intentos de películas de miedo soft, de esas que te dan sustos pero luego quieren acabarlas bien y justificando las acciones de los espíritus en pena, como “El Orfanato”, “Mamá” o la ya mencionada “El Laberinto del Fauno”. De esas que acaban con musiquita de nana y haciendo oda al amor y a la madre que las parió cuando deberían estar cagándote en los pantalones. Pues eso.


Nota: 4/10

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