LA
CUMBRE ESCARLATA
Dirección:
Guillermo del Toro
Reparto: Mia
Wasikowska, Jessica Chastain, Tom Hiddleston, Charlie Hunnan, Burn
Gorman, Doug Jones, Jim Beaver, Leslie Hope, Bruce Gray.
El friki entre los frikis está
de vuelta. Lo mismo da que sean extravagantes faunos, demonietes con
malas pulgas, robots gigantes al estilo Mazinger Z o en este caso,
misteriosas mansiones encantadas. Guillermo del Toro ha vuelto
haciendo uso una vez más de toda su imaginería fantasiosa y pecando
en todo lo que ha pecado en lo últimos años. En esta ocasión,
lleva el extremo su estética “Neo- Timburtoniana” para
ofrecernos un relato de misterio, fantasmas y una joven inexperta
enfrentándose a lo esotérico.
Es de todos sabido que a
Guille le puede el mundo de las hadas. Lo que hace que recargue sus
películas hasta la extenuación de todo elemento ornamental o
narrativo que evoque a ese gótico cuento infantil. De este modo uno
se planta ante “El Laberinto del Fauno” y reconoce dos historias
distintas: Una sobre la Guerra Civil Española, y otra la fumada
máxima de Del Toro. Mezcladas eclécticamente con mayor o menor
acierto, conformando una especia de amalgama de historias donde lo
real y lo ficticio se entremezclan. Personalmente, nunca he aplaudido
este tipo de mezclas que Del Toro acostumbra a realizar. Uno acaba
teniendo la sensación de que ve dos películas distintas mezcladas
en la sala de edición, obligadas a convivir juntas en un espacio
cerrado de celuloide y pegadas con cola para que no se desmiembren
por ambas partes. Como si del Toro se plantase ante un escaparate de
posibilidades y la gula le pudiese, intentando meter en su carrito de
la compra más juguetes de los que este puede llevar sin que rebose
por los bordes.
Con “La Cumbre Escarlata”
pasa exactamente lo mismo. Del Toro se empeña en que dos historias
de muy diferente índole convivan en armonía, saturando el filme
con tanta chorrada. De este modo en la película podemos vivir una
historia de engaños, de dos hermanos amantes que deciden engañar a
jóvenes ricachonas para mantener su hacienda, envenenándolas
lentamente sin que se den cuenta. Una especie de mezcla chapucera
entre el “Dracula” de Bram Stoker y “Encadenados” de Alfred
Hitchcock. Y por otro lado, el muy canalla de Del Toro te planta una
historia de fantasmitas que se aparecen cuando hay que avanzar en la
trama o cuando hay que poner firme al espectador con un susto. Una
especie de recurso del que se echa mano en mi opinión demasiadas
veces a lo largo de la película y que acaba siendo cansino y
tedioso. La película hubiese funcionado perfectamente sin los
fantasmitas pululantes, pero se ve que al director mexicano los
muertos se la ponen como un tanque apuntando a un campanario.
Así que en vez de intentar
enrevesar un poco una trama predecible y simplona, Del Toro se dedica
a mostrate largos pasillos lúgubremente iluminados con esqueletos y
toda la vaina profiriendo lamentos y soltando: “Cuidaaaaado con al
Cumbre Escarlataaaaa”a modo de mantra. Todo con una fotografía
excelente y unos decorados que quitan el hipo, pero claro, por muy
sabroso que esté el caramelo por fuera, el relleno falla y chirría,
dando como resultado una trama lenta, aburrida y extremadamente
predecible. Quizás porque la historia no tiene nada de nuevo o
porque se dan demasiadas pistas a lo largo de la película, pero si
tuviésemos que dar a “La Cumbre Escarlata” un adjetivo ese seria
“Extremadamente aburrida”.
Y es que en el cine de terror
o eres radical o no vales un pimiento. Me vienen a la cabeza otros
intentos de películas de miedo soft, de esas que te dan sustos pero
luego quieren acabarlas bien y justificando las acciones de los
espíritus en pena, como “El Orfanato”, “Mamá” o la ya
mencionada “El Laberinto del Fauno”. De esas que acaban con
musiquita de nana y haciendo oda al amor y a la madre que las parió
cuando deberían estar cagándote en los pantalones. Pues eso.
Nota: 4/10
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