Magnolia

"No dejes que nadie te diga que no tienes que arrepentirte de nada. No los dejes . ¡No! Te arrepientes de la mierda que te dé la gana. Úsalo. Úsalo. Usa ese remordimiento para lo que te dé la gana, de la forma que quieras. Lo puedes usar. Oh Dios mío, es un camino largo y sin meta, una pequeña historia final. Digo...amor, amor, amor. Esta jodida vida...Oh, es jodidamente difícil. Es tan larga. La vida no es corta, es larga. Es larga maldita sea."

domingo, 18 de octubre de 2015

REGRESIÓN
Dirección: Alejandro Amenabar
Reparto: Ethan Hawke, Emma Watson, David Thewlis, Daley Dickey, Aaron Ashmore, David Dencik, Lothaire Bloutheau, Devon Bostick, Adam Butcher, Kristian Brunn.

6 años han pasado desde que Amenabar realizó su última película, esa muy bien documentada pero cansina “Agora”. Y 14 han tenido que pasar para que el realizador español retomase la temática que le hizo saltar al ruedo, esas atmósferas oscuras y viciadas, esas falsas apariencias, su engaño vital y la muerte acechando. Ese planteamiento que a finales de los 90 le hizo coronarse como uno d ellos directores más prometedores de no solo en ámbito nacional, sino del mundo, con títulos como la más que soberbia “Tesis”, su enrevesada y posteriormente remakeada “Abre los Ojos” y finalmente, quizas su más sencilla y a la vez efectiva obra: “Los Otros”.

Amenabar es un maestro en el engaño, y su nueva película trata única y exclusivamente de ese gran engaño que fue la histeria colectiva del satanismo en Estado Unidos. Aunque a priori parezca que la película sigue el planteamiento de la típica película de miedo, en realidad si uno no se deja llevar por la parafernalia ocultista puede entrever el entramado abochornantemente cierto y veraz que reside tras la ficción de la película. El ojo ve lo que quiere ver, y al igual que los personajes de la historia caen de lleno en ese circulo vicioso, el espectador queda totalmente engañado. Algo que en cierta manera ha sido causado por el modo que tiene Amenabar de presentarnos los hechos, pero que también tiene algo que ver con aquellos detalles que vemos, analizamos, y damos por no válidos, valiéndonos de un criterio que ni tenemos, ni tendremos hasta que no pongamos los pies en la tierra.

“Regresión” tiene esa virtud de hacer a nuestra imaginación volar por los más retorcidos y siniestros rincones de la mente, estimulándola y causándonos el ansia de querer estimularla nosotros mismos. Algo, que no sin causa, tiene que ver mucho con la visión de la religión de Amenabar. El realizador siempre se ha mostrado crítico con la tradición religiosa del país que le vio nacer y “Regresión” no deja de ser un ensayo sobre como la mente humana se auto-estimula para creer lo que se quiere creer. Una trampa en la que es muy fácil caer si se tienen expectativas, y hay que reconocerle a Amenabar que con “Regresión” las había creado. De modo que construye el engaño de una forma caótica y libre, sin que es espectador sospeche siquiera, que los hechos son los hechos, y que las licencias cinematográficas que tradicionalmente se emplean para acelerar el curso de las investigaciones en las películas, en este caso la están desfigurando, y están creando una realidad paralela a la realidad que nos estamos comiendo con patatas y muy a gusto.

Claro está, que este planteamiento le ha costado caro a Amenabar en ciertos aspectos. Para empezar, el final del filme se desinfla por completo a causa de las expectativas creadas. Algo que para el espectador que se ha comido la bola de lleno le deja frio, desilusionado y rascándose la cabeza por que en el fondo siente que era una película de Plot-Twist con mucha trampa y poco gancho. El fallo reside en pensar que “Regresión” se ha construido como una película de Plot- Twist, cuando en realidad se trata de la ejemplificación por medio de una historia ficticia de hecho muy reales y de una época en la que no se pensaba muy claramente.

Todo un acierto escoger a Ethan Hawke, que en mi humilde opinión se trata de uno de los actores que más orgánicamente saben ponerse delante de una cámara de cine. Como conclusión final podemos decir que “Regresión” es una película que deja fríos a algunos y que consigue despertar el interés de otros. Lo que si está claro es que da de que hablar, y su visionado deja tras de si un momento de reflexión y discusión con otros espectadores muy enriquecedor. ¿Era esa quizás la intención de Amenabar? Imposible saberlo, aunque no podamos considerarla una película sobresaliente, no incurriríamos en falta diciendo que “Regresión” merece un visionado o dos, y que merece la pena ir a verla, aunque solo sea para ser engañados, que en el fondo es de lo que va todo este tinglado de palomitas y celuloide.


Nota: 7/10

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