Magnolia

"No dejes que nadie te diga que no tienes que arrepentirte de nada. No los dejes . ¡No! Te arrepientes de la mierda que te dé la gana. Úsalo. Úsalo. Usa ese remordimiento para lo que te dé la gana, de la forma que quieras. Lo puedes usar. Oh Dios mío, es un camino largo y sin meta, una pequeña historia final. Digo...amor, amor, amor. Esta jodida vida...Oh, es jodidamente difícil. Es tan larga. La vida no es corta, es larga. Es larga maldita sea."

miércoles, 21 de octubre de 2015

MARTE
Dirección: Ridley Scott
Reparto: Matt Damon, Jessica Chastain, Chitel Eijofor, Jeff Daniels, Kate Mara, Kristen Wigg, Michael Peña, Sean Bean, Sebastian Stan, Haksel Hennie, Benedict Wong, Mackenzie Davies, Donald Glover.

Como todo buen cinéfilo sabrá, que una película como “The Martian” se estrene en estas fechas quiere decir dos cosas: La primera, que por fin empieza la temporada de buen cine que nos durara hasta enero. Y la segunda, que el cine del espacio está oficialmente de moda. La mareante “Gravity” de Cuarón con su ristra de Oscars y la ovacionada y magistral “Interestellar” de Nolan han servido de caldo de cultivo propicio para que el género se ponga de moda. Lo cual hace que la película de Ridley Scott carezca del mismo mérito que sus predecesoras al pisar sobre terreno seguro, y que a la vez se enfrente al reto de contar algo que la diferencie de ellas. Si “Moon” podía catalogarse de misteriosa, “Gravity” de asfixiante, e “Interestellar” de épica y emotiva, podemos decir que “The Martian” es una película irónica, científicamente exacta, y toda una oda al pensamiento científico, que sin duda inspirará a una generación a conocer el universo que les rodea.

Matt Damon interpreta a un curioso Robinson Crusoe espacial, que debe valerse de sus conocimientos para poder sobrevivir el tiempo necesario en el planeta rojo mientras desde la tierra toda la NASA piensa en como traerle de vuelta. Lo cual ofrece un paralelismo interesante entre el solitario astronauta abandonado en el gran desierto de Marte, y las ajetreadas oficinas de la NASA preocupándose no solo por la operación de rescate, sino por como el mundo va digerir la mayor cagada de la historia de la carrera espacial. Y entre medio una tripulación de viaje entre dos planetas que tendrás que decidir cuanto tiempo esta dispuesto a sacrificar para salvar a su compañero abandonado. La película esta grabada de un modo particular, combinando los planos aéreos con tomas rodadas a ras de suelo, sin complejos movimientos. De este modo podemos llegar a imaginarnos el habitáculo espacial como un chalet adosado, y el rover lunar como un monovolumen. En definitiva, una forma de grabar de andar por casa, que nos introduce en la rutina y en la racionalización de la situación de este paciente hombre del espacio.

Ridley Scott parece haber encontrado por fin la historia que funciona. Después de varios años de secuelas inconclusas (Prometheus), gladiators 2.0 (Robin Hood), bochornoso cine bíblico (Exodus) y de extravagantemente escritas colaboraciones con Cormac McCArthy (El Consejero), parece que el vetusto realizador ha vuelto a encontrar el norte que hace ya tiempo creíamos que había perdido haciendo lo que mejor sabe hacer: películas magníficamente realizadas a nivel técnico y fotográfico. A primera vista, “The Martian” tiene todos los ingredientes para ser la clara ganadora de los Oscars, y consigue este efecto en crítica sin recurrir a dramas lastimeros de llanto pre-programado o chorradas varias de esas que se la ponen dura a la academia. Por supuesto, lo que no podía faltar en este cóctel explosivo era una buena dosis de America Fuck Yeah!, pero se le perdona, porque en el fondo toda película espacial esta marcada por ese patriotismo y ese orgullo yankee de haber pisado la luna.

Matt Damon se sale con su irónico y siempre optimista personaje y es el planteamiento del protagonista lo que impregna el mensaje de “The Martian” como si de un panfleto universitario se tratase. Aprende, investiga, conoce el mundo que te rodea y sobrevive. Una presentación curiosa del héroe Nerd, ese hombrecillo dotado de una gran inteligencia que utiliza sus conocimientos para sortear sus obstáculos. Un modelo muy de moda que ya hemos visto últimamente en la Tv en diferentes registros, (Sherlock, Breaking Bad, The Big Bang Theory). Hombres de ciencia que despiertan el interés en conocer la ciencia y el universo, y cuyo mayor atractivo es precisamente su inteligencia. Parece que eso del “Smart is the new sexy” está llegando más allá de la comedia, como estandarte de el nuevo prototipo de hipster pseudo-intelectualoide.
En definitiva, “The Martian” resulta una película muy competente en lo técnico y en lo narrativo. Siempre edulcorada de tópicos y americanadas que en esta ocasión pasan un poquito más de soslayo que de costumbre y se toleran en pro de la acción asfixiante. Una película de Oscar que no me importaría para nada que se llevase alguna estatuilla, si los jóvenes que la vean deciden ser físicos, astrólogos o botánicos, en vez de futbolistas, millonarios, youtubers o reggatoneros del futuro.

Nota: 8/10


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