SPECTRE
Dirección: Sam
Mendes
Reparto: Daniel
Craig, Lea Seydoux, Cristoph Waltz, Monica Belluci, Dave Bautista,
Naomie Harris, Ben Whisaw, Ralph Fiennes, Andrew Scott, Rory Kinnear,
Stephanie Signer, Jesper Christiensen.
Lo bueno de las sagas, (Y de
las series, todo sea dicho) es que describen procesos que en dos
horas una película aislada no puede plantear. Muy acertadamente,
Neal Purvis, Robert Wade y Paul Haggis, (Escritores de Casino
Royale y Quantum of Solace) decidieron plantear las
películas de la saga Craig no como aventuras aisladas inconexas,
sino como un gran conjunto que narrase los inicios del agente doble
cero. Una tendencia que John Logan mantuvo con Skyfall y que
da continuidad en Spectre. Porque en resumidas cuentas, esta
cuarta aventura de Craig al servicio de su majestad, no deja de ser
el cenit de su proceso, la última pieza del puzzle que cierra
definitivamente la trama iniciada en Casino Royale, y que por
fin muestra y ve nacer a la leyenda creada por Ian Fleming.
¿Que quiere decir todo esto?
Pues básicamente que se despidan del Bond callejero, ese rubio
hipertrofiado que sangraba, se golpeaba y saltaba de grúa en grúa.
El Bond de Craig ha ido perdiendo su humanidad película a película,
viendo morir a su único amor, vengando las muertes de sus seres
queridos y sujetando entre sus brazos el cadáver de la única
persona que alguna vez se preocupo por su bienestar. Bond se ha
endurecido a base de golpes y a refinado su estilo para acabar
convertido en ese cabrón apático y misógino que paradójicamente
tan locas vuelve a las mujeres. Spectre es la vuelta al Bond
clásico, con sus eróticas conquistas y su flor en el culo. Y como
suelen decir, nunca llueve ha gusto de todos.
Mendes se hace cargo del
proyecto tras el éxito de Skyfall para presentar una película
mucho más ambiciosa. Con exóticas localizaciones, al menos tres
mujeres dando guerra, y muchas más escenas de acción que sus
precuelas. Todo esto sin perder de vista el objetivo principal,
indagar en el pasado de Bond, torturar a su protagonista al más puro
estilo Nolan para ofrecer ese contrapunto oscuro que tanto gusta a la
audiencia de hoy en día. La mezcla resulta abrumadora, y resulta
milagroso que se tenga en pie. Me explico: ¿Que me dirían si les
dijese que hay una película en la que el malo malísimo tiene una
cicatriz surcándole la cara, vive en una instalación secreta en el
cráter de un meteorito y que tiene a un esbirro culturista que le
hace los trabajos sucios? ¿Y si además en esa película hubiese
persecuciones en lancha y coches que lanzan fuego? Posiblemente no
podrían tomarse la película en serio, pensando que se trata de
Austin Powers y su famoso Doctor Maligno. Pues no damas y
caballeros, es Spectre, y lo más alucinante de todo esto es
que Mendes consigue que te tomes la película en serio. Pues por cada
escena salida de tono hay una que justifica las extravagancias y
apela a tu sentido común. La escena inicial en México digna de
Emmanuel Lubezkiz, el funeral en Roma con esa soberbia y efímera
Monica Belluci o esa fantástica escena final en un MI6 en ruinas.
Bond nunca fue tan hortera y tan realista a la vez.
Pues Spectre es la mezcla
perfecta entre el heróe contemporáneo y el Bond de las novelas de
Fleming. Un mezcla ecléctica que divide a sus más incondicionales
fans, preguntándose hasta que punto lo nuevo siempre es mejor. Bond
va dando tumbos entre la tradición y la innovación, haciendo un
esfuerzo de adaptación coetánea y un intento de realismo que su
precuelas siquiera llegaron a plantearse. Pues lo más importante de
la saga Craig, es que ha conseguido diferenciar a Bond del resto de
películas de espiás. Quizás Misión Imposible sea más
espectacular, quizás Bourne más realista y quizás Bond esté
chapado a la antigua. Pero Mendes ondea su vetusto estandarte con
orgullo, marcado territorio y perfilando la fina linea que diferencia
a un ocurrente y graciosillo Ethan Hunt de un despiadado, sarcástico
y dador de muerte que es su Daniel Craig.
Así que como conclusión
general, podemos decir que Spectre es un película irregular en lo
que refiere a planteamiento, por el modo en que ha dividido a los
fans de la saga. Diferenciando dos bandos, los clásicos, a los que
les ha encantado la película. Y los neófitos, que han visto a Bond
volar más allá de lo que a ellos les hubiese gustado.
Personalmente, creo que al margen de “partidismos”, las cuatro
películas de Craig conforman el conjunto más interesante de la saga
bondiana. Hay que saber premiar la evolución, el proceso y la
voluntad de re-configurar los elementos icónicos de la saga. Y sea
con M, Q, Moneypenny o el recién resucitado Ernst Gustavo Blofed.
Esa tendencia que vimos apuntar maneras en Skyfall, y que
ahora en Spectre se expande y se retuerce como los brazos de
un pulpo. Ahora ya podemos decirlo. La saga Craig ha reunido en su
haber a grandes cineastas (Marc Forster, Paul Haggis o Sam Mendes)
que han conseguido elevar a Daniel Craig como el indiscutible
sucesor, y el único capaz de hacerle sombra al todopoderoso Sean
Connery. Pobre de aquel que coja el testigo, si, va por ti Idris
Elba.
Nota: 8/10
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