MAPS TO THE STARS
Dirección: David Cronemberg
Reparto: Julianne Moore, Mia Wasikowska,
John Cusack, Olivia Williams, Robert Pattinson, Sara Gadon, Evan Bird.
Cuando a uno le dicen que
Cronemberg estrena película, no puede evitar sentir cierta desconfianza hacia
lo que va a ver. Aunque durante los últimos años el director canadiense se haya
moderado, y haya dotado a sus historias de una línea argumental comprensible ("Un
método peligroso", "Una Historia de Violencia", "Promesas
del Este") no hay que olvidar que es el mismo director que hasta
principios de nuevo siglo se caracterizó por un estilo cinematográfico algo
repugnante. Escarabajos que en realidad son máquinas de escribir, un hombre mutado
en mosca, armas de fuego de huesos, una vagina en el abdomen de un adicto a la
violencia televisiva, etc... Son solo algunos de los muchos ejemplos de los que
Cronemberg se valió para mostrar de la manera más cruda y visceral sus proféticos mensajes de "La nueva
carne" Ese nuevo horror contemporáneo donde parecía que no se podía causar
sobresaltos sin que un montón de viscerilla salpicase a la pantalla.
Detrás de toda esa parafernalia
viscosa y repugnante, Cronemberg planteaba ideas de esas que te revuelven las
tripas, y me alegro de decir que el director ha conseguido a lo largo de los
últimos años transmitir esas ideas sin necesidad de las tripas colgantes que
tanto le caracterizaban. Lo cual no es solo un paso adelante en su carrera,
sino que también es un cambio interesante, sobre como impactar más
psicológicamente que visualmente.
¿Qué podemos ver en "Maps to
the Stars"? La degenerante vida de la burguesía del siglo XXI, el
Hollywwod moderno desde el particular punto de vista de este incisivo e
inquisidor director. Por medio de unos personajes que desafían al realidad pero
siempre manteniéndose en el redil de lo creíble. Julianne Moore hace uno de los
mejores papeles de su carrera, algo a lo que ya nos tiene acostumbrados. En
esta ocasión nos muestra una vez más sus increíbles registros para interpretar
a mujeres bajo gran presión. El resto del reparto es correcto, y cabe mención
especial para Robert Pattinson, que una vez que se ha librado de ese tumor
maligno llamado "Crepúsculo" no deja de sorprender mostrando en
pequeñas dosis su innegable talento para la interpretación.
Si bien en las actuaciones la
película es más que correcta, el estilo narrativo utilizado se ha puesto tan al
servicio de las interpretaciones que ha dejado un vacio en el ritmo del filme.
De este modo, prácticamente todas las situaciones se resuelven con un simple
plano contra plano, la cámara permanecerá quieta e impasible en planos cerrados
de las caras de los personajes. Un estilo que Cronemberg ya mostró en su anterior
trabajo "Cosmópolis", también con Pattison, donde la cámara prácticamente
no salía de la limusina donde acontecía la mayor parte de la película. Se trata
de un estilo que sirve para dar potencia a las actuaciones, pero que hace que
la película caiga al espectador como una pesada losa de piedra al fondo de una
piscina. Es contundente y efectivo, pero
puestos a ver casi 2 horas de película también se puede amenizar con alguna que
otra virguería, y se puede hacer sin restar protagonismo a los actores, y si no
que le pregunten a Paul Thomas Anderson.
Sin embargo la película tiene una
potencia innegable, consigue crear una situación donde la energía negativa sube
como la espuma, invadiendo los espacios, a los personajes y mostrando las
consecuencias de una vida de excesos, errores, competitividad desmedida y envidia.
Si el estilo de Cronemberg tiene que ir en una dirección, es sin duda esta,
utilizar un guión mordaz y satírico para presentar las desgracias de una
realidad palpable y no ajena. Se podría decir que Cronemberg ha conseguido
superar su estilo inicial, manteniendo su filosofía al contar las historias, de
una forma más madura, comprensible y que en definitiva da como resultado un
producto de calidad en contraposición con las idas de olla auto-masturbadoras
donde las influencias de Kafka, Burroughs y Nabokov acababan conformando un mensaje, que si bien
era interesante, se perdía entre tanto gore y víscera.
Nota: 7/10
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