Magnolia

"No dejes que nadie te diga que no tienes que arrepentirte de nada. No los dejes . ¡No! Te arrepientes de la mierda que te dé la gana. Úsalo. Úsalo. Usa ese remordimiento para lo que te dé la gana, de la forma que quieras. Lo puedes usar. Oh Dios mío, es un camino largo y sin meta, una pequeña historia final. Digo...amor, amor, amor. Esta jodida vida...Oh, es jodidamente difícil. Es tan larga. La vida no es corta, es larga. Es larga maldita sea."

sábado, 28 de marzo de 2015

EL AÑO MÁS VIOLENTO
Dirección: J.C. Chandor
Reparto: Oscar Isaacs, Jessica Chastain, David Oyelowo, Albert Brooks, Ashley Williams, Glenn Flesher, Ben Rosenfield, Alessandro Nivola.

A lo largo de su breve carrera, J.C. Chandor ha demostrado un talento innato para rodar películas. Primero consiguió que el público se tragase una película tan compleja y técnica como “Margin Call” sin pestañear, y más tarde realzó un proyecto que apuntaba a ser soporífero a priori, esa sencilla, íntima y muy bien llevaba “Todo está perdido” con Robert Redford. Resulta difícil imaginar 2 películas tan opuestas y a la vez  bien llevadas por el mismo director. Ahora Chandor firma su tercera película, y es complaciente averiguar que ya no tiene intención de llegar a todo el mundo,  que se ha decantado por un estilo mucho más sutil, sin florituras ni dramas imposibles, y que en definitiva, no solo ha realizado su mejor película, sino que ha logrado una de las mejores películas del año.

A la hora de visionar “El Año Más Violento”, hay que tener en cuenta que es una historia de mafias, pero que no necesariamente bebe de la fuente de Coppola, Scorsese y esa manera abierta y rockanrollera de contar las cosas. Tiene más de “Camino a la Perdición” de Sam Mendes o incluso de “Promesas del Este” de David Cronemberg. Ese estilo que se niega categóricamente a dejar que la violencia se vuelva algo natural y manido en la narración, sino que se la reserva para momentos determinados, y donde no hay sitio la para la broma tarantiniana que tanto gusta a los adolescentes que corren a escribirse la frase ingeniosa de turno en el Twitter o en el cuaderno de matemáticas.

El guión de la película presenta una absoluta falta de intención de crear ninguna reacción forzosa en el espectador. Es precisamente esa falta de provocación, ese interés nulo en esperar un feedback determinado en el público cuando se dice algo o se muestra algo, lo que hace que el guión deambule en un registro muy natural, huyendo de las florituras y el artificio machacón. En vez de soltarte la información a la cara, la película te la esconde y la va dejando gotear de una forma sutil, creando un aura de misterio y desconcierto. En otras palabras, un guión que no necesariamente habla de la trama, sino de cómo los personajes afrontan lo que les ocurre. Algo en mi opinión mucho más interesante.

La actuación de la pareja Isaacs – Chastain es sublime. Ambos han llegado a la cima de su carrera con una ristra de sublimes personajes. En el caso de Isaacs en “Drive”, “A Propósito de Llewin Davis” y “Ex Machina”. Y en el caso de Chastain “El Árbol de la vida, “La Noche Más Oscura” y “Criadas y Señoras”.  Ambos consiguen interpretar a personajes de gran potencia sin por ello tener que explotar en ninguna escena, sino transmitiendo con una mirada o con un gesto, hasta el punto de que no acabas de pillar al personaje de Isaacs y su concepción del mundo violento hasta que ves esa última mirada que le echa al tanque agujereado.

La película está cargada de pequeños detalles, pequeñas situaciones que si se presta atención dicen mucho de los personajes. Lo que hace que en definitiva “El año más violento” sea la película más interesante que se ha hecho sobre mafias (Con el permiso de “Gomorra”) en los últimos años.  Una película que ha sabido tratar el tema con un realismo y concisión encomiables. Que no ha dejado que el glamour relacionado con el mundo del lujo y la abundancia del ricachón criminal suavice ni haga oda a la violencia, a pesar de que vistan de Armani. Lo que hace que uno pueda realmente ponerse en el lugar del prota, cuestionarse lo que él se cuestiona, y que no contemple al mafioso como ese estereotipado individuo que fuma, bebe y tiene un aplomo de hierro a la hora de vaciarle un cargador en el pecho a alguien, sino como una persona más del montón que se decanta por un modelo determinado de negocio, cuestionable, si, pero al fin y al cabo un negocio. "El Año Más Violento" nos cuenta que no todos los mafiosos tienen una pistola en el bolsillo, porque en realidad, no les hace falta.

Nota: 8/10

viernes, 20 de marzo de 2015

LA CONSPIRACIÓN DE NOVIEMBRE
Dirección: Roger Donaldson
Reparto: Pierce Brosnan, Olga Kurilenko, Luke Bracey, Bill Smitrovich, Mediha Musliovic, Will Patton, Amila Terzimehic, Lazar Ristovsky.

Hace ya más de 10 años que Pierce Brosnan colgó el esmoquin y el Asthon Martin y sigue manteniéndose en forma, o por lo menos eso es lo que nos quieren hacer creer. Desde aquel aciago día en el que la Metro Goldwin Mayer decidió no renovarle el contrato del famoso espía británico, Brosnan ha ido deambulando como un alma en pena por una serie de proyectos de dudosa calidad: “Mamma Mia” o incluso “Percy Jackson”. Tan solo su trabajo con Polanski en 2010: “El Escritor”, pudo elevar la figura de Brosnan por encima de ese infestado charco de lodo en el que se había convertido su carrera. Siguiendo el ejemplo de otros agentes 007 inadaptados como Roger Moore o Timothy Dalton.

Y ahora Brosnan vuelve al cine de espías, para demostrar que quien tuvo, retuvo, y que a pesar de que hayan pasado más de 10 años, su habilidad para seducir a señoras de cuarenta años para arriba sigue siendo prodigiosa. Porque esto sí que fue cachondo, servidor era con diferencia el espectador más joven de la sala de cine, y el filme no era precisamente una comedia romántica, sino más bien una de estas típicas películas que hacen que los adolescentes griten y se flipen de lo lindo. ¿Qué ha pasado aquí? ¿De verdad Brosnan tiene tal capacidad de convocatoria? La respuesta es un contundente sí.

Así que aquí está Brosnan otra vez, pistola en mano, dispuesto a realizar su característico y jocoso fruncido de ceño, algo así como Jaden Smith pero blanquito y con arrugas. Y está dispuesto a cumplir con todos los tópicos de película de acción americana del manual. Whisky, mucho Whisky, cuando venga a cuento y cuando no, la cosa es que nos quede bien claro que Brosnan es un tipo duro, además de alcohólico y atormentado. Muertes, muchas muertes, cuantas más mejor, si los malos persiguen al prota y hay víctimas de por medio mejor, y si el prota puede cargarse a unos cuantos pues chachi, que para algo nunca se le gastan las balas. Los malos siempre ponen cara de estar oliendo mierda, y hablan con pocas palabras, y además son rusos, y no tienen inconveniente en raptar niñas para que el asunto se convierta en algo “personal” para el prota. Por supuesto todos ellos mueren de una forma absolutamente impersonal, y van cayendo a una velocidad ultrasónica a manos de un abuelete de más de 60 años. No sé a que tardan en contratarle para “Los Mercenarios 4”.

No nos engañemos, a todo el mundo de vez en cuando le gusta dejar la mente en blanco y dejarse llevar por la vorágine de adrenalina que supone una película de acción de presupuesto descabellado. Y si además metes de prota al madurito sexy garantizas una buena recepción en taquilla. “La Conspiración de Noviembre” es una película realizada para resultar rentable matemáticamente valiéndose del público joven y del no tan joven. Si uno deja la mente en blanco y olvida todo lo que ha aprendido sobre buen cine igual hasta se lo pasa bien. Por lo menos no te mienten. La película resulta ser exactamente lo que te esperarías de ella: Un bodrio, pero por lo menos no te lo dicen con la boca pequeña. Otra al montón.

Nota: 2/10

martes, 17 de marzo de 2015

PURO VICIO
Dirección: Paul Thomas Anderson
Reparto: Joaquin Phoenix, Josh Brolin,  Benicio del Toro, Owen Wilson, Reese Whiterspoon, Katherine Waterstone, Eric Roberts, Hong Chau, Jena Malone, Martin Short, Peter McRobbie, Jordan Christian Hearn.

Al escribir estas líneas, quiero recalcar el hecho de que servidor no ha leído la novela de Thomas Pynchon. Era consciente de que la novela tenía fama de incomprensible, y por eso fue al cine con la mente preparada como para una clase de matemáticas aplicadas, y no sé si debido a su falta de cultura literaria americana o a su severo retraso mental no entendió ni papa. Me decanto por lo segundo pero con reservas.

Tal vez no haya leído la novela, pero creo que sí que sé un poco acerca de cuándo una película consigue transmitir de manera correcta una historia y cuando no. “Inherent Vice” y no “Puro Vicio”, a ver si respetamos los títulos, se ambienta en la California de los años 70, esa época en la que todo hijo de vecino tenía su propio alijo de drogas bajo la almohada, el mismo alijo de drogas que parece que PTA (Paul Thomas Anderson) se haya fumado para dirigir la película. Es esa relación directa con los narcóticos, lo que hace que la película este grabada de una forma radicalmente opuesta al estilo de PTA. Adiós a los planos dinámicos donde la cámara se movía desde el plano general al detalle a un ritmo trepidante, donde la voz en off inundaba la narración y donde los personajes explotaban, se contenían, y rompían el grueso muro que separa una actuación convencional de una autentica y magistral clase de interpretación.

En “Inherent Vice” todos están fumados, y a través de una investigación policial, PTA nos sumergirá en la crisis de los hippies, a ese momento de declive de los valores, de las personas y de las relaciones sociales. Esa generación perdida que no sabe de dónde viene ni a donde se dirige. La verdadera clave del cine de PTA, las personas perdidas, ese tipo de personajes que ha tratado en todas sus grandes películas. Sin embargo, aunque manteniendo su tipología de personajes y de historias, “Inherent Vice” presenta diferencias sustanciales de las grandes obras maestras del director.

“Boggie Nights” y “Magnolia”, las grandes obras maestras del director que, en mi opinión, hicieron que PTA fuese uno de los tres directores más importantes de los 90’ junto con David Fincher y Quentin Tarantino, trataban temas comprensibles a las grandes audiencias. Por el contrario, “Inherent Vice” es un maremoto de nombres imposibles de recordar, un guión mucho menos impactante, una serie de escenas que se suceden como exhalaciones sin dejar poso en el espectador. En definitiva, una historia que no involucra a los personajes ni al espectador, una película en la que como el propio PTA dijo en entrevistas: “No importa tanto el mensaje sino más bien la sensación con la que te quedas después de verla”  Como resultado, dos horas y media de escenas incomprensibles, una auténtica tortura donde el espectador no se pispara ni de su propio nombre, una experiencia que te dejará mas descolocado que las drogas duras.

Mención especial para el apartado de fotografía, que consigue que la película mediante colores difusos y el grano propio de una película setentera tenga ese aspecto a postal decolorada tan propio de la época. Las actuaciones son correctas, en especial la de Joaquin Phoenix, pero no resulta ni la mitad de interesante que anteriores papeles, en especial su cautivador vagabundo abrazador de la cienciología en “The Master”. Ni siquiera Phoenix en colaboración con el excelente reparto del filme consigue salvar el caótico modo en el que se cuenta la historia.

En definitiva, “Inherent Vice” resulta tal vez, un excepcional acierto para la carrera de PTA para esos seguidores del director que ansían la ambigüedad del nuevo estilo que el director parece estar conformando durante los últimos años. Pero para aquellos que preferíamos sus primeras películas, esas alocadas, dinámicas, de un guión explosivo como la dinamita, resulta ser un descalabro.  Que nos hace plantearnos si alguna vez volveremos a ver ese estilo de cine que con sus movimientos de cámara, su testarudez para cambiar de plano cuando un personaje estallaba y su potencia conformada con escenas simultaneas volverá a enamorarnos alguna vez en la gran pantalla. Como el memorable personaje de Tom Cruise recitaba a su moribundo padre en “Magnolia” a modo de mantra: “No te vayas cabrón, No te vayas cabrón”

Nota: 4/10

sábado, 14 de marzo de 2015

EN TERCERA PERSONA
Dirección: Paul Haggis
Reparto: Liam Neeson, Olivia Wilde, Adrien Brody, Mila Kunis, James Franco, Maria Bello, Kim Bassinger, Loan Chabanol, Moran Atias.

“Crash” de Paul Haggis, seguramente pasara a la historia como una de las más injustas ganadoras del Oscar a mejor película de la academia.  No digo esto para despreciar en general el cine de Haggis, sino para poner de manifiesto una realidad, y es que durante un breve periodo de tiempo, a Haggis se le considero (Como ocurre en la actualidad con David O. Russel) el salvador del cine americano, aunque su estilo lejos de ser innovador,  roza el convencionalismo ramplón.

¿Cuál es la realidad? Que Haggis nunca ha sido, ni es ningún mesías. La diferencias entre su supuesta obra maestra "Crash" y este nuevo trabajo son prácticamente inexistentes, así que me pregunto, en el nombre del altísimo, porque los mismos críticos que en su día le encumbraron hasta el Oscar son los que ahora le meten en el fango hasta las rodillas por hacer el mismo tipo de cine que ha hecho siempre. Quiero pensar que esos críticos son gente profesional y que no se dejaron llevar por una moda absurda, aunque es difícil dado el percal.

¿Qué podemos ver en esta nueva película? Historias humanas, estructuras complejas que se entrelazan, dramas de superación personal y de expiación de las faltas. ¿Les suena? Así es, A Haggis le hicieron creer que su estilo era el correcto, y no se ha movido de ahí, lo que no quiere decir que el resultado no sea aceptable. la película reúne a un elenco de actores sin parangón, y la calidad actoral eleva el nivel del filme. A pesar de que ninguna actuación es especialmente sobresaliente (Exceptuando la de Olivia Wilde) si que podemos decir que todas son correctas, y que no se han limitado a aparecer por pantalla a soltar la lagrimita, sino que la mayoría de personajes dispone de un abanico de sentimientos más complejo bien plasmado.

Su principal punto fuerte, su complejidad estructural en la trama y esa incesante duda existencial sobre si lo que se ve es o no es real. ¿Su punto débil? Que este tipo de película ya se ha ejecutado antes en repetidas ocasiones: "Babel" de Iñarritu, la magistral "Magnolia" de Paul Thomas Anderson, o la mismísima "Crash". Así que podríamos decir que este tipo de historias corales en las que un personaje al final acaba encontrando la razón de sus existencia en otro que no conocía de nada se antoja ya cansina y repetitiva.

Un estilo que por otro lado fue desechado completamente por Haggis en la que en mi modesta opinión es la mejor película de su carrera "Los Próximos Tres Días", donde se decanto por la historia lineal y no se centro tanto en ese tipo de personajes humanos a los que les pasan cosas sino mas bien en un antihéroe que se debatía entre la legalidad y la ilegalidad por una cuestión de confianza. La banda sonora del filme cuenta con la colaboración del músico Moby, que como siempre aporta un grado de calidad inesperado en este tipo de bandas sonoras de piano y violín de chicha y nabo.

Al margen de que la historia tenga sus licencias imperdonables (Una visión de Italia como un país tercermundista dominado por matones y prostitutas) Hay que reconocer que la película engancha, y cuenta con pequeños y sutiles detalles colocados en los lugares idóneos que hacen que la película adquiera un matiz interesante. Si juntamos eso con un misterio muy bien llevado a lo largo de las más de dos horas de película, dará como resultado una película muy potable, que no aporta nada, que repite un estilo ya inventado y usado hasta la saciedad, pero potable. Haggis tendrá que cargar el resto de su vida con ese muerto conocido como haber escrito y dirigido una película ganadora del Oscar. Algo que a día de hoy, estoy convencido, sigue sin tener ni puñetera idea de cómo consigió, y repetirá los mismos pasos que en su día caminó y el resultado no será el mismo. Luego la gente le parará por la calle y le dirá: "Paul tío, tu antes molabas..." y el responderá sorprendido:  "Yo sigo molando"

Nota: 6/10

lunes, 9 de marzo de 2015

MAPS TO THE STARS
Dirección: David Cronemberg
Reparto: Julianne Moore, Mia Wasikowska, John Cusack, Olivia Williams, Robert Pattinson, Sara Gadon, Evan Bird.

Cuando a uno le dicen que Cronemberg estrena película, no puede evitar sentir cierta desconfianza hacia lo que va a ver. Aunque durante los últimos años el director canadiense se haya moderado, y haya dotado a sus historias de una línea argumental comprensible ("Un método peligroso", "Una Historia de Violencia", "Promesas del Este") no hay que olvidar que es el mismo director que hasta principios de nuevo siglo se caracterizó por un estilo cinematográfico algo repugnante. Escarabajos que en realidad son máquinas de escribir, un hombre mutado en mosca, armas de fuego de huesos, una vagina en el abdomen de un adicto a la violencia televisiva, etc... Son solo algunos de los muchos ejemplos de los que Cronemberg se valió para mostrar de la manera más cruda y visceral sus  proféticos mensajes de "La nueva carne" Ese nuevo horror contemporáneo donde parecía que no se podía causar sobresaltos sin que un montón de viscerilla salpicase a la pantalla.

Detrás de toda esa parafernalia viscosa y repugnante, Cronemberg planteaba ideas de esas que te revuelven las tripas, y me alegro de decir que el director ha conseguido a lo largo de los últimos años transmitir esas ideas sin necesidad de las tripas colgantes que tanto le caracterizaban. Lo cual no es solo un paso adelante en su carrera, sino que también es un cambio interesante, sobre como impactar más psicológicamente que visualmente.

¿Qué podemos ver en "Maps to the Stars"? La degenerante vida de la burguesía del siglo XXI, el Hollywwod moderno desde el particular punto de vista de este incisivo e inquisidor director. Por medio de unos personajes que desafían al realidad pero siempre manteniéndose en el redil de lo creíble. Julianne Moore hace uno de los mejores papeles de su carrera, algo a lo que ya nos tiene acostumbrados. En esta ocasión nos muestra una vez más sus increíbles registros para interpretar a mujeres bajo gran presión. El resto del reparto es correcto, y cabe mención especial para Robert Pattinson, que una vez que se ha librado de ese tumor maligno llamado "Crepúsculo" no deja de sorprender mostrando en pequeñas dosis su innegable talento para la interpretación.

Si bien en las actuaciones la película es más que correcta, el estilo narrativo utilizado se ha puesto tan al servicio de las interpretaciones que ha dejado un vacio en el ritmo del filme. De este modo, prácticamente todas las situaciones se resuelven con un simple plano contra plano, la cámara permanecerá quieta e impasible en planos cerrados de las caras de los personajes. Un estilo que Cronemberg ya mostró en su anterior trabajo "Cosmópolis", también con Pattison, donde la cámara prácticamente no salía de la limusina donde acontecía la mayor parte de la película. Se trata de un estilo que sirve para dar potencia a las actuaciones, pero que hace que la película caiga al espectador como una pesada losa de piedra al fondo de una piscina.  Es contundente y efectivo, pero puestos a ver casi 2 horas de película también se puede amenizar con alguna que otra virguería, y se puede hacer sin restar protagonismo a los actores, y si no que le pregunten a Paul Thomas Anderson.

Sin embargo la película tiene una potencia innegable, consigue crear una situación donde la energía negativa sube como la espuma, invadiendo los espacios, a los personajes y mostrando las consecuencias de una vida de excesos, errores, competitividad desmedida y envidia. Si el estilo de Cronemberg tiene que ir en una dirección, es sin duda esta, utilizar un guión mordaz y satírico para presentar las desgracias de una realidad palpable y no ajena. Se podría decir que Cronemberg ha conseguido superar su estilo inicial, manteniendo su filosofía al contar las historias, de una forma más madura, comprensible y que en definitiva da como resultado un producto de calidad en contraposición con las idas de olla auto-masturbadoras donde las influencias de Kafka, Burroughs y Nabokov  acababan conformando un mensaje, que si bien era interesante, se perdía entre tanto gore y víscera.

Nota: 7/10

jueves, 5 de marzo de 2015

EX MACHINA
Dirección: Alex Garland
Reparto: Domnhall Gleeson, Alicia Vikander, Oscar Isaacs, Sonoya Mizuno.

Como siempre he dicho y todavía mantengo, la ciencia ficción, entendido como el género independiente, es en sí una gran mentira totalmente vacía de contenido. En este tipo de películas, lo importante no son las licencias que se presentan, sino la exploración de las ideas que esas licencias permiten. En otras palabras, la ciencia ficción, entendida como aquel género donde las naves espaciales se disparan entre ellas es un fraude, más próximo al cine de acción que al verdadero meollo del asunto.

Sin embargo, y sobre todo a raíz del estreno de la serie británica “Black Mirror”, no es insólito encontrar de vez en cuando películas que ahondan en el tema de la moral, del engaño y las relaciones sociales por medio de las licencias que el género ofrece. Estas películas donde no veremos rayos láser ni naves espaciales, sino que decidirán centrarse en aspectos mucho más interesantes y trascendentales. Que no reducirán la historia a un montón de pirotecnia visual al estilo de James Cameron con sus bichos azules y sus culturistas robots. Y me alegra anunciar que “Ex Machina” entra en la definición de una de estas nuevas películas.

Alex Garland, que hasta ahora solo había sido conocido como escritor de películas de Danny Boyle como “28 Días Después”, “Sunshine” o “La Playa”, dirige este filme al mando de un reparto muy reducido.  Domnhall Gleeson (Que no sin razón ya había participado en la serie “Black Mirror”) y Oscar Isaacs realizan un complejo duelo interpretativo que nos sirve de adelanto a la película que compartirán a final de año (Star Wars: El Despertar de la Fuerza), aunque el verdadero prodigio interpretativo de esta película es Alicia Vikander. Esta joven actriz sueca, a la que ya hemos visto en “Anna Karenina” de Joe Wright, “Un Asunto Real” de Nicolak Arcel o “El Quinto Poder” de Bill Condom. Vikander realiza el mejor papel de su corta carrera dando vida al androide inteligente Ava, haciendo gala de una compleja gama de movimientos mecanizados y expresiones faciales calculadas que dan el pego totalmente.

La película hace gala de un diseño minimalista y refinado dentro de un espacio narrativo muy reducido, una especie de oficinas Apple en mitad de un bosque donde los 3 personajes principales de la historia lucharán por la supervivencia desde el minuto uno. Todo lo que Garland necesita para provocar un drama de tal calibre son 3 personajes, 2 habitaciones y mucha información que pasa de puntillas delante del espectador sin ser detectada.

La calidad de la película viene marcada por el nivel de agobio y malrollismo que esta consigue transmitir, que es mucho.  La banda sonora esta siempre al servicio del metraje y no tiene inconveniente en mezclar las melodías naif similares al politono de Iphone con sonidos chirriantes que se comen el sonido causando la demencia del espectador. Mediante el horror del vacío, el aislamiento y efectos lumínicos simples, Garland consigue generar una situación similar a la de “Drácula”. Donde un joven entusiasta se ve obligado a pertenecer bajo el techo de un magnate de siniestras y excéntricas ideas debatiéndose sus propias convicciones y planeando el modo de abandonar un lugar que parece más una prisión que otra cosa.

“Ex Machina” es comedida y sutil en todos sus aspectos, dese los diálogos hasta sus escenas de tensión. Su fuerza reside en lo que se oculta y no en lo que se muestra.  Y es precisamente esa falta de pretensión de mostrar la espectacularidad y la magia del ordenador lo que le hace no ser una película más. Ya puestos a mostrar androides, también se podrían haber sacado del armario toda una gama de artefactos futuristas molones con sus consiguientes explosiones, pero “Ex Machina” no iba a eso. Es una película de ciencia ficción orientada a mostrar el drama humano, a explorar las licencias que un hipotético avance teórico haría, no solo a la humanidad en su conjunto, sino a una persona individualmente. En definitiva un nuevo modelo de ciencia ficción que espero se mantenga durante muchos años.

Nota: 7/10

domingo, 1 de marzo de 2015

KINGSMAN: SERVICIO SECRETO
Dirección: Matthew Vaughn
Reparto: Colin Firth, Taron Egerton, Mark Strong, Samuel L. Jackson, Mark Hamill, Michael Caine, Jack Davenport, Sofia Boutella, Sophie Cookson.

En los últimos años, Matthew Vaughn se ha caracterizado por tener una filosofía determinada con respecto a la realización cinematográfica: Todo debe estar al servicio de la espectacularidad, aunque esto sea ridículo, de mal gusto o tan hilarante que no se pueda tomar en serio. "Kingsman" es, ante todo, una película que no se puede tomar en serio, pero si se pasa por ese aro, y uno se hace a la idea de que lo que va a ver son un montón de tontadas sin sentido, muy posiblemente pasará un muy, muy buen rato.

Desde el estreno de "El Caso Bourne" en 2002, el mundo del cine de espías ha dado un giro de 180 grados. Ya sea en la franquicia de 007 iniciada por Daniel Craig, que nos muestra a un Bond más realista que no siempre va con el traje inmaculado, o  más alejado del cine de espionaje, con la oscuridad psicológica creciente que sume al mundo de los superhéroes DC. El caso es que ya no hay hueco para las chicas en bikini y bolígrafos explosivos, en incluso las películas que siguen manteniendo los gadgets de los 80 (Misión Imposible) han experimentado un aumento en el realismo de sus escenas de acción.

"Kingsman" juega en otra liga. Es el equivalente a las películas de Roger Moore, con su porte inglés, su desparpajo sexual, y su mastodóntica chulería que le sacaba de cualquier apuro. La película es el ejemplo perfecto de que es lo que le hubiese pasado al cine de espionaje si hubiese optado por seguir con el mismo enfoque que en los 80. Sin entrar en valoraciones positivas ni negativas sobre el film, hay algo que es indudable, "Kingsman" funciona a un ritmo trepidante, a golpe de gag, con unas escenas de acción inmaculadamente realizadas. Te divierte, te sorprende y te hace olvidarte de lo poco verosímil que es para que solo te quedes con el disfrute de su visionado.

Una película "Badass", que comienza a golpe de "Money For Nothing" de los Dire Straits, y prosigue su metraje acompañado de una banda sonora hecha para fliparse de lo lindo, mezclando El dustep, clásicos del rock y una banda sonora efectista impecable. Una película que al igual que la anterior de Vaughn, "Kick-Ass" conseguirá meterte de lleno en un sub-mundo donde habitan los personajes más característicos que te puedas imaginar, desde un Samuel L. Jackson incapaz de pronunciar la "s", una asesina con piernas ortopédicas con cuchillas, una princesa noruega con debilidad por el sexo anal, o toda una agencia de espionaje británico que emula al mito artúrico y a su mesa redonda.

Vaughn consigue de una forma macarra que el espectador se evada por completo y se olvide del realismo. Mucho ojo al joven talento que es Taron Egerton, no sería la primera vez que Vaughn acierta al elegir un joven y desconocido protagonista (Aaron Taylor-Johnson)."Kingsman" funciona a nivel de comedia y a nivel de película de acción, y resulta ser la película idónea para el público adolescente que quiera pasar un buen rato. Pero al igual que la gran mayoría de películas del género, la fuerza de la película se estanca en el momento en el que el público no se ríe ni contempla una escena de acción. No obstante, la película es un producto formidable si lo que se quiere ver es algo intrascendental, algo que no haga pensar, sino que simplemente entretenga y funcione. Y no nos olvidemos que este tipo de cine también viene bien de vez en cuando.

En definitiva, "Kingsman" cumple todos los requisitos para ser una película de entretenimiento puro y duro perfecta, que tampoco intentará ir de trascendental, sino que se limitará a hacerte pasar un buen rato y lo conseguirá con creces. Una Oda al cine simple y efectista en contraposición a la estética "Noir" que últimamente inunda todo el cine de acción. Si bien es verdad que la meta que se ha propuesto la alcanza con creces, no podemos decir que la dificultad de alcanzar esa meta sea muy elevada. Eso si, Colin Firth es una delicia.

Nota: 6/10