Magnolia

"No dejes que nadie te diga que no tienes que arrepentirte de nada. No los dejes . ¡No! Te arrepientes de la mierda que te dé la gana. Úsalo. Úsalo. Usa ese remordimiento para lo que te dé la gana, de la forma que quieras. Lo puedes usar. Oh Dios mío, es un camino largo y sin meta, una pequeña historia final. Digo...amor, amor, amor. Esta jodida vida...Oh, es jodidamente difícil. Es tan larga. La vida no es corta, es larga. Es larga maldita sea."

sábado, 7 de febrero de 2015

NIGHTCRAWLER
Dirección: Dan Gilroy
Reparto: Jake Gyllenhaal, Bill Paxton, Renné Russo, Riz Ahmed, Michael Hyatt, Price Carson.

No es ningún secreto que Jake Gyllenhaal es un actor de moda. De las manos del director canadiense Dennis Villeneuve ha firmado dos películas de inestimable valor: "Enemy" y "Prisoneros". Y con esta tercera película Gyllenhaal ha coronado su cúspide actoral. "Nightcrawler", dirigida por el desconocido Dan Gilroy es la historia de la ambición y de los peligros de la información pagada, pero también es la historia de toda una generación hecha a sí misma. Al verla, uno difícilmente puede no pensar en "Drive" de Nicholas Winding Refn, y de su ambientación de neón, asfalto y velocidad sobre coches caros. "Nightcrawler" cuenta la vida de un cazador a la busca de la noticia, y los rascacielos de LA son su peculiar jungla de trabajo. Impecablemente grabada, los colores de la película son su principal punto fuerte visual.

Pero al margen de sus aspectos técnicos, la verdadera razón por la que la película engancha es las implicaciones morales que le plantean al espectador. ¿Se alimenta la televisión de su morbo? ¿Hasta donde llegarías por ganarte la vida y prosperar? ¿Dónde empieza tu humanidad y donde tu instinto empresario? Y no estamos hablando de ese manido estereotipo al que se recurre con frecuencia en sitcoms y comedia románticas, donde el empresario es frio, su jefe es una persona sin corazón y donde parece que ganar dinero es incompatible con cuidar de los seres queridos.

 No, "Nightcrawler" aborda el tema con mucha más madurez y precisión, y te planta a un pobre diablo sin trabajo por culpa de la crisis económica que estará dispuesto a hacer lo que sea por ganar algo de dinero. Y claro, por un lado entiendes al pobre diablo, que además cuenta con una inteligencia y una determinación encomiable. Una persona que se ha hecho a sí misma, que ha pasado por mucho y siempre ha encontrado la manera de seguir adelante, y que por el proceso, al no tener ningún tipo de tutela y de comodidad ha perdido absolutamente todos los valores. Un monstruo, pero un monstruo al que se comprende y se le da la razón. Puede que no tenga mucha humanidad, pero hay que reconocer que le echa huevos como nadie.

Jake Gyllenhaal soberbio, como siempre cuando sale del típico blockbuster de tres al cuarto. Su ausencia en las nominaciones a los Oscar es simplemente una injusticia mayúscula. Con su dramática pérdida de peso siguiendo los pasos de Christian Bale, Gyllenhaal ofrece una actuación intimidatoria, relajada y frenética a la vez. Un antihéroe de la era digital que armado con una cámara portable se dispone a mostrar las miserias de la humanidad y sacar tajada por ello. Un buitre de la noche que sabe que no hay nadie ahí fuera para decirle cuando está invitado a entrar al banquete, que abre las puertas de par en par y con toda la calma del mundo se sienta en la mesa bajo la atenta y estupefacta mirada del resto de los comensales.

La banda sonora es otro de los puntos fuertes de la película, James Newton Howard firma una serie de pistas que mezclan de una manera magnifica la música ambiental cercana a los trabajos de Trent Reznor y Aticuss Ross o Cliff Martinez con su peculiar estilo dramático, insistente y efectista, pero de una forma suavizada. Ofreciendo en la misma pista golpes de sonido con instrumentos de cuerda pero también riffs de guitarra eléctrica o sonidos sintéticos casi inaudibles.

En definitiva, "Nightcrawler" es una de esas pequeñas joyas vendida en pequeño formato, una historia corta y simple que ilustra una realidad que trasciende de los márgenes de la pantalla y del metraje de la cinta. Una historia con ganas de remover el empolvado baúl de los principios morales de la televisión americana y mandarlo a tomar viento. Una de esa películas de anti-héroe que no sabes hacia donde tirará, si hacia la autodestrucción, hacia el éxito o si simplemente te dejará más descolocado que un pulpo en un garaje.

Nota: 8/10

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