Magnolia

"No dejes que nadie te diga que no tienes que arrepentirte de nada. No los dejes . ¡No! Te arrepientes de la mierda que te dé la gana. Úsalo. Úsalo. Usa ese remordimiento para lo que te dé la gana, de la forma que quieras. Lo puedes usar. Oh Dios mío, es un camino largo y sin meta, una pequeña historia final. Digo...amor, amor, amor. Esta jodida vida...Oh, es jodidamente difícil. Es tan larga. La vida no es corta, es larga. Es larga maldita sea."

sábado, 31 de enero de 2015

WHIPLASH
Dirección: Damien Chazelle
Reparto: Milles Tellers, J.K Simmons, Melisa Benoist, Chris Mulkey, Paul Reiser, Austin Stowell.

Definitivamente, creo en las operas primas. No sabía nada del desconocido director Damien Chazelle,  Milles Tellers había salido en "Divergente" y estaba anunciado como Mister Fantástico en los proyectos de Marvel (Razones más que suficientes para entrar en una lista negra de la que difícilmente iba a poder escapar) y J.K. Simmons solo era para mí el reportero malhumorado de la trilogía de Spiderman de Sam Raimi. Con lo cual la carta de presentación de la película no me decía nada de nada. Ahora doy gracias al cielo por haber ido a verla.

Siempre que hablamos de la banda sonora de una película, hablamos de su capacidad para complementar la escena. De cómo esa escena adquiere tonos épicos, de como ese momento te hace soltar la lagrimilla y de cómo esa persecución hace que se te salga el corazón por la boca. Todos ellos sonidos complejos, que juegan con nuestra mente y nuestras expectativas a golpe de batuta. En "Whiplash" ese recurso es llevado al extremo mediante el instrumento más rudimentario y tosco, la batería.

"Whiplash" es una película especializada. Una película sobre el Jazz dirigida por un loco del Jazz. Una película sobre la batería interpretada por una maquina en la batería. Una película sobre un profesor cabrón interpretado por el cabrón más cabrón de la industria. Una película que te hará vibrar de nerviosismo, de exaltación, y que jugara con los nervios de la audiencia como un titiritero hace malabares con unas granadas de mano. Una película en la que la música tiene la excepcional capacidad de dilatar y contraer el tiempo psicológico. En la que el solo de Tellers en el que sabes que el mínimo fallo destrozará todo por lo que ha estado luchando se te hace largo y agónico. En la que puedes sentir la presión circundante en forma de oscuridad de sala de conservatorio presionándote las sienes. En la que el rudo sonido de la percusión inflamará tu cerebro y te hará moverte al ritmo de la música.

Es una película magníficamente pensada y ejecutada, pero también con unas interpretaciones de indudable talento. Milles Tellers es sencillamente una revelación. Una joven promesa que estoy convencido que con un poco de suerte y un buen agente acabará llegando a lo más alto. Y J.K Simmons demuestra tener un talento innato que todavía nadie había descubierto en él de la manera adecuada. Juntos, sumergirán al espectador en una guerra de karmas extrema, en la que no sabes exactamente que acto está justificado y cual no. Una reflexión profunda sobre que significa ser profesor, que es la docencia, si existe un límite para exigir al alumno, donde esta ese límite y las consecuencias, tanto positivas como negativas de cruzarlo.

De bajo presupuesto, nada como un dosificador cuentagotas para exprimir lo que tienes. "Whiplash" pone de manifiesto el talento de Damien Chazelle. Un joven director del que la industria debería aprender mucho. Un director capaz de generar con 2 personajes y un solo de batería más tensión que cualquier película de Marvel. Ya no es solo que la historia sea más consistente, sino que Chazelle ha echado mano de recursos que hacen que un solo de 5 minutos de batería sea visionado sin aburrirse ni una milésima de segundo. Ha conseguido la concatenación de sonidos con una precisión milimétrica. Ha conseguido que el sonido vibre en los tímpanos de los espectadores después de ver la película y que les siga produciendo las sensaciones que tuvieron durante el visionado.

Whiplash es, en todos los sentidos, un prodigio. Una película que resulta difícil de creer que este tan impecablemente realizada, interpretada y pensada a nivel de estructura y trama. ¿Cómo se puede crear una película de tal fuerza ambientada en un conservatorio de jazz? Yo sigo sin explicármelo. Whiplash es un llamamiento a unos determinados valores del cine. A librarse de la parafernalia, a darle a la música una importancia especial y a centrarse en una serie de personajes que vean sus sueños truncados de una manera extrema. Whiplash es una película cabrona, agonizante, repleta de ritmo y con una capacidad de inmersión sin precedentes. Una película que te hace sentir incómodo, en tensión y frenético a la vez. Que juega con la música para producir sensaciones hasta el punto de que el espectador podrá notar la vibración de las baquetas entre golpe y golpe a la caja de resonancia. Donde se consigue una simbiosis total entre historia y música. Clara favorita para los Oscar, aunque dudo mucho que se lo lleve, es demasiado buena.

Nota: 10/10

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