Magnolia

"No dejes que nadie te diga que no tienes que arrepentirte de nada. No los dejes . ¡No! Te arrepientes de la mierda que te dé la gana. Úsalo. Úsalo. Usa ese remordimiento para lo que te dé la gana, de la forma que quieras. Lo puedes usar. Oh Dios mío, es un camino largo y sin meta, una pequeña historia final. Digo...amor, amor, amor. Esta jodida vida...Oh, es jodidamente difícil. Es tan larga. La vida no es corta, es larga. Es larga maldita sea."

sábado, 31 de enero de 2015

LA TEORÍA DEL TODO
Dirección: James Marsh
Reparto: Edie Redmayne, Felicity Jones, David Thewlis, Harry Loyd, Simon McBurney, Charly Cox, Emily Watson.

Hay ocasiones, a lo largo de la historia del cine, en las que bodrios sin parangón consiguen colarse entre las nominadas a los óscar e incluso a veces consiguen ganarlos. Se trata de películas donde el amor es incondicional, los personajes inundan la cámara hasta cuando no les toca y donde lo único que falta es que el susodicho nominado por la academia agarre la cámara de filmación y grite a toda la audiencia, "dame un oscar pls".

"La Teoría del Todo" es una de esas películas. Una de esas películas en las que el espectador confunde la historia lacrimógena y conmovedora con la buena historia. Una de esas películas en las que la empatía bobalicona se exalta por determinados personajes muy bien interpretados, que sueltan a diestro y siniestro un guión repugnante a lo largo de escenas que no tienen ni pie ni cabeza. Una de esas películas en las que el susodicho director suda completamente de realizar un producto competente porque el único y exclusivo objetivo de la cinta es que el prota gane el Oscar.

Y claro, ¿Con que nos encontramos? Pues con un Eddie Redmayne que lo peta en la silla de ruedas. Y una Felicity Jones que no está nada mal. Pero claro, cuando haces una película con el único objetivo de que la parejita se lleve el Oscar el resto de los aspectos se resienten. ¿Creen que una película sobre la vida científica de Stephen Hawkings hubiese estado nominada? Ya se lo digo yo, no. Es por esto que en vez de distraernos con agujeros negros, complicadas ecuaciones y teorías gravitacionales (Que todo el mundo sabe que a todo hijo de vecino lo que le gusta son los arrumacos y no las matemáticas) nos cascaran una película que lejos de ir sobre Stephen Hawkings, va sobre su mujer, y las ganas que tiene de tirarse a un profesor de piano. Pero la pobrecita no puede porque está casada con un inválido. Pobre Felicity que no puede calzarse al pianista, y pobre Eddie que va en silla de ruedas. Por favor.

La película deja de lado deliberadamente cualquier tipo de elemento narrativo que realmente haga hincapié en la verdadera razón por la cual Stephen Hawkings  es famoso a día de hoy. Sus teorías físicas. Y mas bien da la sensación de que Stephen Hawkings lo único que ha hecho en su vida es dar problemas a su pobre esposa que necesita a un varón que se pueda mover por si solo en su vida para saciarse afectiva y sexualmente. Se trata de una película que huye por completo de los temas verdaderamente importantes y se centra en ofrecer una versión lacrimógena, oscarizable y de sensiblerismo barato sobre la vida de un gran hombre, o más bien de su pobre mujer, con la que todo quisqui se sentirá identificado.

¿Cuál es el único punto fuerte de la película? Redmayne, que hace una interpretación de Hawkings que quita el hipo, y mucho ojo también a el trabajo de maquillaje que hay por detrás, porque Redmayne da el pego totalmente a cualquier edad. Pero aparte de su brillante y muy posiblemente oscarizable interpretación, la película esta vacía por completo de cualquier otro elemento que a haga interesante, solo un dilema cutre que se alarga durante 2 horas propio de una telenovela colombiana y a mi juicio, no propio de una película seria sobre una eminencia en el campo de la física teórica.

Al verla, es difícil no pensar en Daniel Day Lewis y en su película "Mi Pie Izquierdo". Y en seguida comienzan a aparecer las diferencias entre una película y otra. Mientras "Mi Pie Izquierdo" narraba la verdadera historia psicológica de su protagonista con parálisis, "la Teoría del Todo" se limita a usar la personalidad de Stephen Hawkings como paquete, como "McGuffin" al servicio de otra historia. Una película que lejos de contar la vida de un gran hombre cuenta la difícil decisión de la mujer del gran hombre sobre elegir pareja para la cópula. Una película en donde cada decisión y dialogo bien podrían haber estado acompañados de una música efectista y un zoom descarado hacia su cara, al estilo culebrón, que ya puestos la doblamos al latino, le cambiamos el nombre a Stephen por "Juan Reyes" y hacemos que conozca al amor de su vida en un ordenado y erótico establo.  Una película no puede girar en torno a una actuación, aunque esta sea increíble, tiene que ofrecer algo más, y "La Teoría del Todo" apenas pone más carne en el asador.

Nota: 3/10

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