Magnolia

"No dejes que nadie te diga que no tienes que arrepentirte de nada. No los dejes . ¡No! Te arrepientes de la mierda que te dé la gana. Úsalo. Úsalo. Usa ese remordimiento para lo que te dé la gana, de la forma que quieras. Lo puedes usar. Oh Dios mío, es un camino largo y sin meta, una pequeña historia final. Digo...amor, amor, amor. Esta jodida vida...Oh, es jodidamente difícil. Es tan larga. La vida no es corta, es larga. Es larga maldita sea."

miércoles, 20 de mayo de 2015

MAD MAX: FURY ROAD
Dirección: George Miller
Reparto: Tom Hardy, Charlize Theron, Nicholas Hoult, Hugh Keays-Byrne, Josh Helman, Natan Jones, Rosie Huntington-Whiteley, Zoe Kravitz, Riley Keough, Abey Lee.

Las secuelas dominan el mundo. Estamos inmersos en un panorama en el que parece que cualquier idea que haya tenido éxito en el pasado debe adaptarse para ser contada con los medios de nuestro tiempo. Este proceso, lejos de buscar un modelo más competente de formular la historia, se limita a contar lo mismo con nuevos medios sin aportar en esencia nada interesante. Pero agrada darse cuenta, de que algunas ideas permanecen. Que algunas ideas se almacenan en el fondo de la mente y esperan guardadas bajo llave el momento de eclosionar, cuando el momento sea propicio. Y para George Miller ese momento llegó hace un año.

Mad Max es una secuela, pero una secuela tan necesaria que solo después de verla se entiende por qué. Miller ha esperado a que los medios técnicos de filmación (Que no efectos visuales) sean propicios para llevar a la gran pantalla la que sin duda es su obra maestra. Una apoteosis de acción de 120 minutos que parece durar solo media hora. Una película que te dejará sin respiración hasta que después de 45 minutos de persecución, locura y arena te planten el primer dialogo de la película. Es la locura llevada a la gran pantalla, el auge de la rueda, de la sangre y de un mundo apocalíptico que necesita la visita urgente de un ayudante social. Una película cuyo punto fuerte no reside en su verosimilitud, pero que no obstante te la puedes tomar en serio. Haciendo gala de un diseño de dirección artística magnifico que te sumerge en un mundo donde la gasolina, las balas y el agua son los bienes más preciados, donde la gente mata por conseguirlos. Una locura ante la cual lo único que puedes hacer es maravillarte y disfrutar como un niño.

Miller juega con todas las posibilidades disponibles, utiliza todos los medios técnicos y no se molesta en crear una trama inútil y fútil que amalgame toda la cinta. En Fury Road no hay trama que valga, no hay desarrollo de personajes ni motivaciones secundarias, es una película de acción a la antigua usanza que reúne entre sus escenas una potencia inigualable. La propia acción es el eje vertebrador de la película, pues valiéndose de ella, Miller ha creado un producto competente por sí solo. Es un espectáculo, simple, sencillo e increíblemente competente espectáculo.

Tanto la dirección artística, como la de fotografía, como el sonido son increíbles, y en conjunto sumando todos sus esfuerzos consiguen crear un estilo nunca antes visto, donde las escenas se aceleran de una manera poco perceptible, donde los sonidos son acentuados y donde todo quedar marcado por un potente color naranja que transmite una aridez que da a la película una potencia visual que no te dejará desprender los ojos de ella. Todo esto aderezado con una banda sonora asfixiante, frenética, que sorprendentemente huye de los sonidos convencionales para ofrecer una serie de chirridos y golpes de sonido de gran efecto en el espectador.

Así que en definitiva podemos decir que "Mad max: Fury Road" es un blockbuster de acción perfecto. Una película que hace gala de su simplismo en la trama y que no se avergüenza en hacer de la acción su caballo de batalla, que tiene claro que su objetivo es sorprender en lo visual y en atrapar al espectador en sus frenéticas persecuciones y explosiones. Una película de la que se podrá disfrutar aunque la acción no sea lo suyo. Una película en la que deliberadamente te muestran una serie de elementos que no cuadran, como un guitarrista diabólico encima de un camión en plena persecución, o hábiles maniacos que se pintan la dentadura con spray plateado antes de inmolarse para ir derechitos al Valhala. Un espectáculo cinematográfico de la época moderna que te invitará a abrazar la locura y el sin sentido para hacerte pasar un rato inolvidable.

Nota: 7/10

domingo, 10 de mayo de 2015

VENGADORES: LA ERA DE ULTRÓN
Dirección: Josh Weedon
Reparto: Robert Downey Jr, Chris Evans, Scarlett Johansson, Samuel L. Jackson, Jeremy Renner, Mark Ruffalo, Chris Hemsworth, Aaron Taylor-Johnson, Elisabeth Olsen, Paul Betanny, Don Cheadle, Cobie Smulders, Anthonie Mackie, Idris Elba, Stellan Skarsgard, James Spader, Andy Serkis, Linda Cardellini, Claudia Kim.

Si existe una encarnación radical del cine hecho por el dinero y  pasándose por el forro de las gónadas todos los criterios del buen gusto, esa encarnación se llama Marvel. Una compañía que durante años se ha dedicado a sablear sistemáticamente con películas no solo abominables desde el punto de vista cinematográfico, sino que además ha hecho gala de importarle tres cojones las historias de los comics que tan fervientemente seguían muchos fans. Una compañía que pone en manos de talentosos directores proyectos donde al final quien decide es una junta de usureros buitres carroñeros a los que les importa un comino que la película final sea buena o fiel a los comics, pero que por otro lado se interesaran insistentemente en que el filme les deje repletos los bolsillos.

Y nadie puede luchar contra Marvel, porque los superhéroes están de moda y no pararán de golpearnos con ellos en la cara 3 o 4 veces al año hasta que acabemos con tal empacho de trajes de licra y supervillanos que el género vuelva a caer en el olvido. Así que aquí llega la apoteósica clausura de la Fase 2 de Marvel. Con un pobre Josh Weedon que a pesar de su entusiasmo y sus ganas de hacer una película por y para los fans se ha percatado de que en realidad ni pincha ni corta. Solo hay que informarse un poco para darse cuenta de cuan jodida está la cosa. Weedon acaba la película y desde arriba le dicen que tiene que incluir una escena con Thor sin camiseta, de modo que el incansable dios de los Nerds graba en tiempo record una subtrama para poder incluir de forma coherente a Chris Hemsworth en modo mojabragas On. Y después la misma directiva que le había ordenado incluir la escena le dice que se olvide de la subtrama, y que casque la escena de Thor sin camiseta sin el resto del metraje, que la peli se hace larga y la gente va a lo que va.

¿Acaso se puede tomar en serio un proyecto en el que las decisiones importantes son tomadas por semejante panda de anormales profundos? Con razón Wheedon ha dejado Marvel e incluso Twitter, porque cuando en un película el que pone la pasta manda más que el director algo se está haciendo mal. De modo que "Los Vengadores" resulta ser una espectáculo de lo más previsible, realizada de una manera impecable, manejando a un reparto multitudinario de carismáticas estrellas lideradas por Robert Downey Junior, ese payaso hollywoodiense que anda por ahí con aires de prepotencia insultando hispanos como si se hubiese coronado como el mejor actor del siglo después de su interminable lista de papeles sobreactuados. Una película que si bien te entretendrá, luego te dejará rascándote la cabeza creyendo que te han tomado por tonto porque la mayoría de escenas no tienen ningún sentido al tener que acabar todo bien.

Porque son Los Vengadores y al fin y al cabo da igual que pase en la película, la gente lo va a ver de todas formas y todavía quedan 2 partes más. De este modo Marvel consuma su modelo de cantidad es igual a calidad, mientras sigue avanzando a pasos agigantados en su proyecto de crear la mayor saga de películas de la historia e intentando atraer a todo quisqui a su macro tinglado. Creando una película que decepcionará a los fans, a los que les guste el buen cine, pero también a aquellos que esperasen por lo menos el nivel de calidad de la primera entrega. ¿La causa? El maldito dinero que no para de amontonarse entre los directivos de Marvel cada vez que una persona sale del cine decepcionada. Y es que cuando se tienen barcos y putas a uno se la suda bastante que Loki aparezca o no, que la trama tenga algún maldito sentido o no, la cosa es que los billetes sigan entrando, y mire usted si la película es tan mala la gente no habría ido a verla.

Y por muy triste que sea, esta es la realidad. "Los Vengadores" no es una película hecha para los fans, sino una película que se aprovecha de la ilusión y el hype de los fans para finalmente sacarles la pasta y defraudarlos.  Una película en la que todas las decisiones pertinentes se han hecho en base a una sola pregunta, y es: ¿Que nos dará más beneficios? Donde se ha dejado de lado voluntariamente y con alevosía todos aquellos elementos que hubiesen conformado una trama más solida y más interesante para hacer la película más rentable. Pero no se preocupen que hasta 2019 Marvel no nos dará tregua, con sus finales post-créditos, sus aventuras financieras sobre quien tiene los derechos de quien, y anunciando todas las semanas que otro ingenuo actor se ha unido a la gran familia amparada bajo el símbolo del dolar. Wheedon se ha hartado de tanta mierda, y nosotros empezamos a hartarnos también.

Nota: 4/10

lunes, 4 de mayo de 2015

LOST RIVER
Dirección: Ryan Gosling
Reparto: Iain de Caestecker, Saorise Ronan, Christina Hendrix, Ben Mendelsohn, Eva Mendes, Matt Smith, Reda Kateb, Barbara Steele, Torrey Wigfield

Después de ver "Lost River" agrada darse cuenta de que Ryan Gosling ha aprendido algo de los directores con los que ha trabajado. Concretamente de Nicholas Winding Refn, y es que a veces la historia solo es algo secundario, un mero pilar sobre el que se tiene que construir un complejo andamio donde la fotografía, la banda sonora y la forma de grabar acabaran haciendo que una historia poco atractiva acaba siendo realmente interesante. Todo un ejercicio de ensayo para un primerizo como Gosling al que la jugada no le ha salido muy rentable, a pesar de que su cinta tiene una indudable calidad.

La historia base de "Lost River" es sencilla. Oscura, exagerada, con un gran tinte onírico, pero sencilla. Es la forma que tiene Gosling de contarla lo que la hace realmente interesante.  "Lost River" sumerge al espectador en un ambiente cargado de referencias al cine de David Lynch, de colores chillones, de neón, de arboles húmedos y vetustos. Un pequeño sub mundo que se enrarece a medida que se profundiza en el. Un pequeño extracto de la sociedad donde lugares concretos se erigen como ejes vertebradores de una historia tan enrarecida que uno saldrá del cine con la completa convicción de que no ha pillado todo lo que la película quería contarle. Pero resulta agradable contemplar como Gosling no tienen ningún tipo de pretensión de intentar explicar lo que significa, el espectador recoge las piezas y se monta su propio puzle.

¿Pero cómo consigue Gosling este curioso efecto embudo en el espectador? Mediante el selecto cuidado de todos y cada uno de los aspectos de cada toma y cada plano. los movimientos de cámara alternan los travellings cuidados milimétricamente con descuidados movimientos de cámara, junto con tomas en slow motion e incluso grabaciones en vertical. Un estilo próximo al de Terry Gilliam, del que ya sabemos que le van también este tipo de fregados. En definitiva un estilo de grabación rompedor, que descoloca y que consigue un efecto de gran potencia en el espectador. La banda sonora de Johnny Jewel, que ya había colaborado en el departamento musical de "Drive" queda marcado a fuego por su colaboración con Cliff Martinez, y en la banda sonora podremos encontrar pistas de grupos como "The Chromatics". Una banda sonora cargada de sintetizador, de música electrónica, de canto fantasmagórico y de un ritmo que incita a tomarse las cosas con calma y a dejarse sumergirse en esa atmósfera onírica tan bien conseguida.

Y resulta chocante, casi increíble, que este tan complejo ejercicio de estilo venga de parte de un director novel como Ryan Gosling. Que esta gran cantidad de novedades, de saltos al vacio, de planteamientos arriesgados y de ganas de romper los convencionalismos venga de un tipo que se acaba de iniciar en la dirección. Sangre joven lo llaman algunos, sangre joven a la que le han negado la proyección de su película en la gran mayoría de salas, sangre joven que muy posiblemente haya realizado su primer y última película a causa de el escaso presupuesto que ha conseguido. La víctima de un sistema que destroza a todos aquellos que se muestran reticentes a pasar por el aro.

Así que gracias Hollywood, has cortado la cabeza de la serpiente, una serpiente que en el futuro podría haber puesto muchos y muy interesantes huevos. Solo puedo decir que ojalá, ojalá Ryan Gosling se recupere de esta somanta de palos que le han dado, se levante y se ponga de nuevos manos a la obra. Que deje de ser el guapito mojabragas a manos de directores incompetentes que el mismo sabe que no es, porque está destinado a cosas mayores, porque ha demostrado que puede crear algo mejor que todos ellos, que puede dejar de pavonearse entre bambalinas y dejar de ser el chico guapo de Hollywwod para convertirse en lo que realmente es: un artista.

Nota:8/10