Magnolia

"No dejes que nadie te diga que no tienes que arrepentirte de nada. No los dejes . ¡No! Te arrepientes de la mierda que te dé la gana. Úsalo. Úsalo. Usa ese remordimiento para lo que te dé la gana, de la forma que quieras. Lo puedes usar. Oh Dios mío, es un camino largo y sin meta, una pequeña historia final. Digo...amor, amor, amor. Esta jodida vida...Oh, es jodidamente difícil. Es tan larga. La vida no es corta, es larga. Es larga maldita sea."

viernes, 11 de diciembre de 2015

LOS JUEGOS DEL HAMBRE
SINSAJO: PARTE 2

Dirección: Francis Lawrence
Reparto: Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Woody Harrelson, Philip Seymour Hoffman, Julianne Moore, Donald Shuterland, Liam Hemsworth, Sam Claflin, Elisabeth Banks, Mahersala Ali, Jena Malone, Jeffrey Wright, Stanley Tucci, Natalie Dormer, Gwendoline Christie.

La falsa heroína que gusta a las niñas, y a las no tan niñas, está de vuelta. Alargando su vida y postergando su inexorable cataclismo. Katniss ha vuelto, otra vez, para acabar de una vez por todas con la más absurda saga adolescente de los últimos años. Si la primera parte de esta bochornosa adaptación ya les pareció mala, agárrense los machos porque la fiesta no ha acabado. Prepárense para la mayor sarta de chorradas, finales predecibles y falsos prototipos canallas.

Katniss, el sinsajo, esa chiquilla pariente de Legolas y Robin Hood que zorrea entre dos mancebos para demostrar su independencia, alardenado de su normalidad y de su cabezonería adolescente. Jurando la muerte de Papá Noél, y a toda esa aristocracia herencia de Lady Gaga y Agatha Ruiz de la Prada. Esa sociedad en la que si eres diseñador de moda eres el puto amo. Porque tiene delito, que la canalla de Suzanne Collins, no contenta con crear una distopía absurda hasta la médula, te casca sus excentricidades de gratis, apañandoselas para que los diseñadores de moda tengan un papel central en una trama que va sobre adolescentes que se matan.

Fallos de realización garrafales, interiores que no corresponden a los exteriores, millones de presupuestos malgastados en extras mal uniformados paseándose por una decorado de cartón piedra que no engaña a nadie. Diálogos malos, de esos que se te pone la cara de comer limones cuando los escuchas y una adolescente suspira a tu lado como si se estuviese metiendo en vena la verdad absoluta del cosmos. Escenas absurdas, de esas que te echas las manos a la cabeza, pensando que es imposible que en una superproducción de tal calibre nadie se diese cuenta de que tal empresa carencia de sentido común. Como plantar a un gilipollas en mitad de una guerra futurista con una puta maza. Porque no tenían suficiente con los arcos y las ballestas, querían ponerse más medievales. Bien pensado coño, que te estén disparando desde 30 metros y tu con una maza, con razón palma el hijo de perra.

Pero lo que a uno mas le palpa con inquina las gónadas es que se encumbre a un personaje como la señorita Everdeen. Una tipeja que ante la posibilidad de ayudar con su imagen a un colectivo que esta muriendo de inanición, decide encerrarse como buena adolescente caprichosa hasta que no rescaten a su hombrecillo fetiche, al cual mantiene en un régimen estricto de friendzone con excepción de algún que otro beso cautivo que no hace sino confundir al pobre chaval. Y que de repente desarrolla principios morales dignos de un comité anti-intervencionista, pero eso si, luego es la primera en estar sobre el terreno de juego para meterle un flechazo entre pecho y espalda al pobre Donald Shuterland, que es el único actor de todo el reparto que no queda absolutamente en ridículo manejando un guión escrito por el peor archi-enemigo del buen gusto y de la coherencia narrativa.

Una oda al absurdo culminada con el final más patético jamas rodado. Un asesinato cantado para dar lugar al idílico retiro de la campeona, su finalización del viaje con claros ecos de “El Señor de los Anillos”. Y como no podía faltar, esa criminal y denigrante escena post-créditos para más inri, para que a todo el mundo le quede claro que al final el amor venció. Esta ahora más claro que nunca después de comparar los resultados de taquilla, que la trama de “Los Juegos del Hambre” es un chicle estirado en demasía. La evolución progresiva de un modelo de historia simple en clave de supervivencia adolescente, digno de compararse con “Battle Royale”, para dar lugar a la extrapolación de ese modelo a un macro-cosmos que no se sostiene. Como en la mayoría de las novelas adolescentes, la coherencia se va a por el retrete en cuanto al escritor o escritora de turno se le obliga a pensar a lo grande. Meterse en camisa de once baras lo llaman algunos. Y Lionsgate ya prepara secuela, se ve que se muestran reacios a clausurar tan rentable fosa séptica.


Nota: 3/10